El bienestar en los perros es algo que a menudo se malinterpreta.
Cuantas veces he escuchado frases tipo “ese perro vive como Dios” o “más quisiera yo vivir como mi perro” y me gustaría aclarar algunos conceptos.
Felicidad no es sinónimo de riqueza: el llevar el arnés más caro, los juguetes más chulos, ni siquiera el tener el jardín más grande. El hecho de que le quieras, le ames, le adores… pues tampoco.
Pero antes de alcanzar la felicidad, vamos a empezar por el principio y hablemos de bienestar, algo más sencillo.
Para hacer este artículo más objetivo en cuanto a bienestar animal voy a basarme en la Directiva 98/58/CE del Consejo de 20 de julio de 1998 relativa a la protección de los animales en las explotaciones ganaderas, que dio normas generales para la protección de los animales de todas las especies a través de las llamadas cinco libertades adoptadas por el Farm Animal Welfare Council (UK):
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Estar libres de hambre y de sed.
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Estar libres de incomodidad.
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Estar libres de dolor, lesiones o enfermedades.
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Estar libres de miedos y angustias, evitando el sufrimiento mental
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Ser libres para expresar su comportamiento normal.
Algunas de esas libertades convertidas posteriormente en 5 necesidades son bastante evidentes y fáciles de cumplir: al perro se le alimenta de la mejor forma posible, proporcionándole agua potable siempre a su disposición, evidentemente vas a darle cuidados y atención veterinaria cuando lo necesite. Pero ¿qué pasa con lo demás?
Libres de incomodidad.
Los perros necesitan un entorno apropiado y un área de refugio. Reflexiona sobre el entorno apropiado.
El problema no está en vivir en un piso, el tema es si no le sacas de ese piso, o si ese perro no pisa la calle más que para ir al veterinario ¡que los hay!
Hay quienes nunca les llevan a un parque o al campo para que puedan ser ellos mismos y tienen al perro – o sus perros – confinados eternamente dentro de casa.
¡Da igual la de besos que les deis! no es suficiente, te prometo que si él pudiera elegir entre besos o salir a la calle se iría a la calle. No voy a criticar quienes les ponen abriguitos, pero lo que es criticable es no dejarles en ningún momento ser ellos mimos, por que son y siempre serán perros por mucha colonia se les eche.
Estar libres de miedos y angustias, evitando el sufrimiento mental.
Emplear métodos de educación canina que utilizan la fuerza y la intimidación además de ineficaces están prohibidos en muchos lugares (la Comunidad de Madrid ha prohibido la utilización de collares de pinchos, de ahorque o eléctricos).
Pero hay más, estar libres de miedos y angustias también implica cómo son sus paseos, si el perro es obligado a jugar cuándo no quiere, si se le fuerza a gestionar situaciones en las que no está cómodo, si al perro se le exige trabajo o se le presiona y no se tienen en cuenta su estado emocional. Os invito a leer sobre el lenguaje canino y sobre el estrés para lograr una convivencia mucho mejor para todos.
La libertad de expresar su comportamiento normal.
¿Qué es normal para ellos? por ejemplo olisquear, explorar, ladrar, cazar, morder, escarbar, frotarse en animales muertos, etc. Piensa cuantas veces al perro se le prohíbe hacer aquellas cosas que para él es natural.
Yo no estoy diciendo que le permitas escarbar en tu jardín pero si que le lleves a un sitio donde pueda hacerlo, y aunque en casa les pedimos que se comporten de una manera muy específica hay que dejarles ser ellos mismos siempre que se pueda.
Este artículo es un manifiesto a aquellas personas que adoran a sus animales pero no tienen en cuenta que sus necesidades no son las necesidades de ellos.
Todos los perros necesitan cariño y atención, pero antes que eso necesitan algo mucho más básico y vital: ser ellos mismos, ser solo perros, al menos, en algún momento del día.
Post recomendado: aprende el lenguaje canino.
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