Auto control: los perros no nacen sabiendo auto controlarse
Ven comida, la comen, ven un gato, lo persiguen, ven a alguien que les gusta, van corriendo a saludar. Al contrario de lo que mucha gente puede pensar, el perro no hace “lo que quiere”, sino que hace lo que sabe.
El auto control es algo que el perro necesita trabajar porque se le requiere muy a menudo.
Desde muy pequeño le estamos pidiendo que se controle, una y otra vez, por muchas razones, y así será por el resto de su vida:
- El perro se tiene que controlar para no ir a por el otro perro que está al otro de la calle dándole señales de juego
- Cuando le decimos que se aparte de un animal muerto que está en el suelo
- Cada vez que encuentra comida por el suelo pero no le dejamos cogerla
- Para no olisquear todos los sitios que le gustaría
- Se controla para no hacer daño con sus dientes, para no hacer daño con su fuerza, todo eso y un largo etc.
En resumen, el perro se tiene que controlar cada vez que impedimos que haga algo que, para él, es natural.
El problema lo tenemos nosotros, que damos por hecho que el perro se comportará según nuestra perspectiva humana de la realidad y no desde la suya, de perro.
Por ello, entrenar autocontrol es algo que todos los que tenemos perro deberíamos hacer, no solo nos ayudará a nosotros con su educación, sino que le ayudará a él a responder mejor ante las distintas tareas que se planteen a lo largo de su vida.
Además, entrenando autocontrol, el perro tendrá más confianza en sí mismo, mejoraremos el vínculo entre el perro y guía, y el perro empezará a responder más rápido las señales de su dueño y ganará en estabilidad emocional.
Ejercicio fácil
Con el perro cerca, coge un trocito de premio o su bol de comida y espera a que el perro se siente para felicitarle y entregarle el premio. Ignora cualquier comportamiento que no sea el sentado. El perro tiene que sentarse él solito, darle señales de “sentado”, “quieto” o cualquier otra cosa no vale.
Este ejercicio plantea un problema al perro: yo tengo algo que tú quieres, pero tendrás que encontrar la forma de conseguirlo. No vale ladrar, ni saltar, ni nada que no sea estar tranquilo.
Si tu perro es muy nervioso, no hace falta esperar a que se siente – posiblemente no lo hará y perderá el interés si lo pones muy difícil – por ello, si él esta tranquilo con las 4 patitas en el suelo, vale.
Consejo:
No podemos basar la educación de nuestro perro simplemente en la obligación por la obligación, ¿te imaginas vivir con una persona que constantemente te estuviera diciendo que no a todo? Al revés de centrarte en los “no” céntrate en los “si” para mejorar vuestra relación, es mucho mejor decir “haz esto” que “no hagas esto”, plantéatelo.
Reflexión….
¿Hasta qué punto nosotros como dueños estamos controlamos su vida y dejándoles ser ellos mismos, como especie, como seres únicos que son?